domingo, 21 de noviembre de 2010

NO MÁS MUERTE A LA CULTURA


Matamos Abel se une a las voces que claman ante el insólito descuido y olvido al que se ha visto sometida la escuela de Bellas Artes de Barranquilla, en los próximo días estaremos dedicando un articulo a esta situación tan penosa que nos aqueja como Caribeños.

Es insólito que la más importante escuela de arte del Caribe colombiano este destruyéndose a pedasos a causa de la Burocracia, la tramitología y la nefasta incapacidad de los encargados de velar por la cultura y el arte en la ciudad y la región.

Es triste ver en contraste, el deroche de dinero en el Salón Nacional de "Artistas" (seria mejor decir Salón Nacional de Curadores) donde salvo algunas excepciones (donde hay un buen trabajo curatorial) vemos como tristemente pocas obras sobresalen con innovaciones y propuestas contundentes, el resto son un montón de experimentos de artistas tan efimeros como sus obras, que seguramente igual que sus obras pasaran al olvido.

Nos sumamos a la resistencia y de esta manera retomamos nuestra actividad como espacio para la alimentación cultural y como sistema de resistencia.

Incapaces... ¿donde están ahora?.... antes se paseaban por Bellas Artes, ¿ahora donde celebran sus contratos y sus tajadas burocráticas?


Matamos Abel.


martes, 21 de septiembre de 2010

¿Arte Contemporáneo o Neoacademicísmo?

(el siguiente articulo es una aproximación y base, de una investigación en curso y en torno al arte contemporáneo, cuestionando su autonomía sobre el academicismo y sus conceptos)

Instalación de Ernesto Neto. 
La modernidad trajo con si la idea de universalidad, avance y vanguardia, el arte de esa época por lo tanto estaba enmarcado bajo esos presupuestos, luego del triunfo del impresionismo sobre el arte académico se generaron movimientos artísticos de corta duración en relación a los movimientos de otros periodos, tal brevedad tuvo una de sus causas precisamente en la concepción de avance que incitaba al artista a estar a la vanguardia y acogerse a los nuevos paradigmas en constante renovación, al tiempo las instituciones artísticas se vieron obligadas a adoptar las nuevas corrientes plásticas para fortalecer su vigencia como estamentos de validación de un objeto como arte y de exclusión para el caso de los no considerados así, los museos, uno de esos estamentos, dejaron de ser el resguardo de las grandes obras maestras del pasado para transformarse en el espacio en tiempo presente de las obras vanguardistas, de tal manera nacieron los museos de arte moderno alrededor de todo el planeta, visitar un museo ya no era ir visitar un cementerio como afirmaron los Futuristas en su momento, visitar un museo de arte moderno era más bien ir a sumergirse en la vanguardia del arte, era empaparse de lo más avanzado del arte de la época, era, y aun es, para muchos, la mejor forma de discernir entre una obra de arte y un objeto común, como adelante ampliaré de forma más profunda. 



“Foucault analizó las instituciones modernas de confinamiento –el asilo, la clínica y la prisión- y sus respectivas formaciones discursivas- la locura, la enfermedad y la criminalidad-. Hay otra institución de confinamiento esperando un análisis arqueológico – el museo- y otra disciplina –la historia del arte-. Ambas son la condición previa para el discurso que conocemos como arte moderno.

Los museos y galerías abrieron sus espacios al arte conceptual, con dificultad y critica claro está, pero luego de abandonar esas posturas críticas, con la convicción posterior de ir a la par con la vanguardia, total ya habían aprendido de la lección del impresionismo y no tomarían el riesgo de hacer un ridículo similar a los detractores de ese movimiento de origen francés, como afirma Gombrich

 “Fue sobre todo la hostilidad con que al principio fueron recibidos los impresionistas, que posteriormente alcanzarían tanta fama y tan altos precios, lo que condujo a esta pérdida de decisión. Había nacido el mito de que todos los grandes artistas fueron invariablemente rechazados y escarnecidos en su tiempo, y, en consecuencia, el público realizo el laudable esfuerzo de no rechazar ni despreciar nada. La idea de que los artistas representan la vanguardia del futuro y que, de no apreciarlos, seremos nosotros y no ellos quienes caigamos en el ridículo, ha acabado por adueñarse de una gran minoría”.






La Fuente.  Marcel Duchamp.




En las vanguardias surge el Dadá como un movimiento subversivo, una respuesta de lo absurdo a un mundo absurdo, un grito nihilista frente a la guerra, una postura en contracorriente a las pretensiones modernas de evolución social, una burla a los más altos valores de la civilización, incluyendo el arte y su sentido de lo bello. Es así como Marcel Duchamp en 1914 en un acto subversivo presenta su primer readymade el Portabotellas, con el cual llegarían muchos más, como la rueda de Bicicleta, o la Fuente (el orinal), entre otros, que posteriormente serian asumidos como obras de artes por las instituciones artísticas, hasta ser, aun hoy, enseñados como obras paradigmáticas de la historia del arte universal; este último punto se vuelve importante, en referencia a los mencionados estamentos del arte, en el caso de la academia como institución que otorga validez artística a determinados productos y objetos, incluyendo los readymade de Duchamp y el arte conceptual que tanto tiene de su influencia; lo que vuelve más absurdo el asunto en cuanto a que hoy esas instituciones promueven la subversión artística, la anarquía de estilos, haciendo de las supuestas libertades del arte contemporáneo otra de las manifestaciones del arte como institución, para decirlo de forma más sintética, hacen de la anarquía una regla institucional.


“‘la categoría el arte como institución no fue inventada por los movimientos de vanguardia’, escribió el crítico alemán Peter Bϋrger en teoría de la vanguardia (1974). ‘Pero solamente se volvió reconocible luego de que los movimientos de vanguardia hubieran criticado el estatus autónomo del arte en la sociedad burguesa desarrollada’. Una vez valorada como signo de libertad artística, de acuerdo con Bϋrger, esta autonomía se había convertido en una marca de su ‘ineficiencia social’ y esto, a su vez, había disparado ‘la autocritica del arte’ llevada a cabo paradigmáticamente por Duchamp y Tatlin”

Lo ilógico es que se ignore, o por lo menos se pretenda ignorar que la intención de estos artefactos (los readymade) no era la de ser una obra de arte,

“No debemos pasar por alto el hecho de que Duchamp se refiere a su trabajo como “cosas que no eran obras de arte”.” Por lo contrario llegó a asumirse como anti-arte, como una burla contra el sistema institucionalizado del arte, “Ciertamente, el deseo de aquellos artistas fue transformarse en niños y hacer burla de la solemnidad Y pomposidad del Arte, así con mayúscula. No es difícil comprender esos sentimientos, pero siempre me ha parecido un tanto incongruente historiar, analizar y explicar tales actitudes de «anti-arte» con la misma solemnidad, por no decir pomposidad, que ellos se propusieron ridiculizar y abolir.”

 ¿Entonces como es que llegan a obtener esa identidad de obra de arte algo que no pretendía serlo? ¿Quién dictamina que debe enseñársele al público que dichos artefactos son obras artísticas? ”Lo que hay que indagar es que hace que un objeto y acción cualquiera, en determinadas circunstancias, sea experimentado cono una obra de arte”.


 el sentido de este articulo es cuestionar precisamente sobre el papel que juegan las opiniones de los “entendidos” del arte en la percepción que el público tiene sobre la “obra”; la experiencia misma me ha llevado a cuestionarme sobre este hecho en concreto: el haber variado la percepción que en un principio tenía sobre la “obra” de Duchamp, “La Fuente”, se dio luego de leer una crítica de Arthur Danto sobre esta “obra”, la critica suscito en mi un interés por lo que según Danto, era el significado de ese famoso readymade y sus virtudes en torno a la antiestética de los objetos industriales producidos en cadena. Luego de superada la emoción del instante, surgió en mi la inquietud de pensar que tal vez lo que me había cautivado no era lo que al parecer representaba la “obra”, ni la “obra” tangible en sí, (que en un principio me parecía absurda), más bien lo que me había cautivado era el texto de Danto, su estructura narrativa, el manejo de los ritmos, la fluidez en el uso de los términos, en fin; concluí en aquel instante que de no existir Danto y sus criticas, que de no existir curadores y maestros, mucho del arte conceptual contemporáneo seria una masa frívola y sin relevancia en las sociedades actuales, los readymade de Duchamp en realidad formarían parte de un pasado de revolución existencialista, contra el imperio de lo absurdo de la de la guerra.


Para Gerard Vilard la obra de arte tiene la necesidad de ser interpretada, y a través de esta concepción pretende darle sentido a las obras más controvertidas del arte actual, sin embargo muchas de esas obras serian indescifrables si pretendemos verlas como vehículos de procesos comunicativos, si pensamos por ejemplo que para entender “la Fuente” (el orinal) de Marcel Duchamp necesitamos de la explicación de algún crítico o historiador de arte, caeríamos en la cuenta que no funciona en el sentido que Vilard pretende confinarle a las obras.


Ahora podríamos cuestionar, la calidad simbólica y discursiva de estos objetos, Estos objetos no poseen significados por si mismos (en el sentido de obras artísticas) y requieren textos que los acompañen para fijar una interpretación; además que dependen en gran medida de sus contextos institucionales (mayor que la usual) para establecer su recepción correcta.
Ahora, Fodor entiende la obra de arte


“constituida en parte por su etiología intencional, por haber sido concebida como una obra de arte”… “la intención de que una cosa sea una obra de arte es en parte la intención de que esa cosa tenga publico”


Pues analizándola desde esa perspectiva podríamos afirmar que aun en el caso de que una cosa sea elaborada con la intención de ser exhibida como obra de arte, tal intención debe ser captada por el público, por lo menos al relacionar esta afirmación con lo planteado por Vilard; la obra debe encarnar su significado, debe funcionar como vehículo de su propia identidad, y los objetos que aspiran a ser obra de arte deben cumplir esta condición de transmitir un significado, que aunque nada tenga que ver con un tema, por lo menos tenga la capacidad transmita su identidad como obra, que pueda autoreferenciarse como obra de arte; si la idea es afectar la mirada del público hacia el objeto, este objeto debe encarnar tal pretensión para no pasar por desapercibido;

La pregunta es: ¿los readymade tuvieron la intención de ser arte?, ya vimos que el propio Duchamp no le otorgaba tal intención, entonces, ¿Por qué aceptar, estudiar y pensar en los readymade como obras de arte? ¿Por qué un crítico lo afirmó tal vez?, ¿pero quién otorgo tal potestad al crítico para direccionar nuestra percepción sobre los objetos?, ¿hasta dónde podemos afirmar que al “analizar” un objeto que pretende obtener el rotulo de lo artístico realmente establecemos un dialogo con el objeto y hasta donde nos predisponemos ante él influenciado por textos curatoriales o criticas?, ¿no estaremos desvirtuando la naturaleza de «anti-arte» de los readymade, al llamarlos obras de arte? ¿O acaso esa fue la intención de la institucionalidad del arte?


“una obra de arte es ‘candidata a la valoración’, categoría que ‘el mundo del arte’ concede a un artefacto, en el sentido que le da Dickie a aquel término: un grupo institucionalizado de personas con derecho a voto que actúan, por así decirlo, como fideicomisarios del musée imaginaire generalizado, y cuyos ocupantes son las obras de arte del mundo. “si algo no puede ser valorado”, escribe Dickie, “no puede ser una obra de arte”

Podríamos seguir haciéndonos millones de preguntas, pero la cuestión central  gira en torno al acto de poder discernir. Es no obstante evidente que de toda la configuración elitista con la que se sostiene el llamado arte conceptual, lo hace privilegio de conocedores, por lo tanto entenderlo significa poseer la virtud de la que son acreedores muy pocos, significa hacer parte de esa elite de gran estima social y de no aceptarlo no solo nos excluiremos de ella, sino que además pareceríamos seres anacrónicos e incapaces de comprender lo contemporáneo.


“Desde este punto de vista, que no comparto, no querer aceptar el arte de nuestra época sería algo tan inútil como absurdo. Así, resulta con que basta que un estilo o experimento sea calificado de «contemporáneo», para que el crítico se sienta en la obligación de comprenderlo y apoyarlo. Debido a esta filosofía de la evolución los críticos no se atreven ya criticar y han dejado de ser críticos para convertirse en cronistas de hechos. Este cambio de actitud lo justifican subrayando los evidentes errores cometidos por críticos anteriores al no reconocer ni aceptar la aparición de nuevos estilos.”

Lejos de la aceptación otorgada por la institucionalidad del arte a los objetos de “arte conceptual”, en distancia con los textos teóricos y las retoricas de las curadurías, por fuera de las academias, las obras de “arte conceptual” se enfrentan al publico “común” que está desprovisto de cualquiera preconcepción que direccioné su mirada en busca de justificaciones para objetos con pretensiones de obras de arte, nos encontramos con una mirada limpia en relación al contexto del arte, un mirada sin contaminaciones paradigmáticas, una mirada que espera encontrar las pistas necesaria en el objeto para que el mismo se “presente en sociedad” y… ¿Qué sucede?
Cajas de Brillo. Andy Warhol.



“La marchante de Toronto Jerrold Morris trató de montar en 1965 una exposición de ‘esculturas’ Célebres, pero Aduanas Canadienses insistieron en que la llamada escultura de Warhol era una mercancía y estaba por tanto sujeta a un arancel del que, según las leyes de ese país, estaría exenta ‘la escultura original’. En aquella época la Galería Nacional de Canadá la dirigía el Dr. Charles Comfort. Que tuvo un aparte con los inspectores de aduanas. Tras mitrar unas fotografías, declaró: ´vi que no eran unas esculturas`. La verdad es que era mucho más difícil discernir entre las imágenes fotográficas de la Caja de Brillo y de las cajas de Brillo que entre las mismas cajas”.


Esta anécdota recogida por Danto en su libro Más allá de la Caja Brillo nos deja ver que desprovista de explicaciones externas, la mayoría de obras de "arte conceptual” parecen ser indiscernibles.


En ese sentido surge una pregunta abierta, ese acto de rebeldía, esa burla de la pomposidad del arte, ese acto destructor del academicismo… ¿a caso no se ha convertido en el nuevo academicismo de nuestro siglo?
Pensémoslo por favor, ¿cuántos textos hay que leer para poder entender muchas de las obras contemporáneas?
SHIBBOLET, DORIS SALCEDO
Tantos más quizás, que los citados en este articulo, tantos que me cuestiono, lo aburrido, cortos de imaginación y desocupados que deben estar cierto “artistas”. El arte conceptual nos brindó el gran aporte de pensar en la obra de arte como un ejercicio intelectual; pero inmerso en la obra, es decir, un concepto reconocible a través del objeto, o dicho de otro modo un objeto como vehículo y envase de una idea, pero no como una abstracción subjetiva de la idea del autor, tan abstracto que al final solo podamos acceder a sus códigos a través de un elemento extraño a la obra un " texto curatorial"

pero pensar en que, para entender una obra contemporánea debo leer kilómetros de columnas teóricas para tratar de disfrutar la obra es absurdo, y más si al ver la obra no veo nada que me indique que ese eso en realidad de lo que se trata, es más, cuando le he otorgado un sentido totalmente contrario a la obra.

eso  me hace pensar en una metáfora, imaginemos un televisor que deja de transmitir imágenes audiovisuales, deja de ser un televisor y se convierte en un mueble viejo. así,  una obra que deja de encarnar su significado, deja de ser una obra y se transforma en un fenómeno de estudio académico para entendidos o la abstracción tangible de una idea..... y en realidad no se que es mejor o peor, pero lo que si se, es que yo cuestionaría eso.




Por: Carlos Gómez S.
carlosjulio612@hotmail.com
















FUENTES

[1] Crimp Douglas.  “On the Museum’s ruins”
[1] GOMBRICH, Ernst H: Historia del Arte: una historia sin final: el triunfo de la modernidad…15ª ed.…Madrid: Alianza Editorial, 1992. P 485-486.  
[1][1] FOSTER, Hal y  otros, op. Cit., p. 127. Citado por: ARANDA DEL SOLAR, Jaime: Estudios de filosofía: El Readymade y la ruptura de la noción de arte moderno…vol. 7…s.l.2009,pp.27-43
[1] ARANDA DEL SOLAR, Jaime: Estudios de filosofía: El Readymade y la ruptura de la noción de arte moderno…vol. 7…s.l.2009, pp.29.

[1] GOMBRICH, Ernst H: Historia del Arte: una historia sin final: el triunfo de la modernidad…15ª ed.…Madrid: Alianza Editorial, 1992. P. 477. 
[1] VILARD, G: Las razones del arte: la balsa de medusa. Madrid: Antonio machado libros, 2005. p. 19
[1] VILARD, G: Las razones del arte: la balsa de medusa. Madrid: Antonio machado libros, 2005.p.147.
[1] Fodor 1993, p. 46

[1] DANTO, Artuhr C: La transfiguración del lugar común.p.141. Citado por: ARANDA DEL SOLAR, Jaime: Estudios de filosofía: El Readymade y la ruptura de la noción de arte moderno…vol. 7…s.l.2009.p.41
[1] GOMBRICH, Ernst H: Historia del Arte: una historia sin final: el triunfo de la modernidad…15ª ed.…Madrid: Alianza Editorial, 1992. P 485. 
[1] Danto, Arthur C., Más allá de la Caja Brillo. Las artes visuales desde la perspectiva posthistórica, Madrid: Akal, 2003, p. 48. 

lunes, 6 de septiembre de 2010

Introspección de emergencia a la mirada crítica.

Recordemos además, no olvidar quitarnos los lentes de las bi-tonales,

La inadvertida controversia generada por mi critica a la exposición del colectivo femenino sagrado          “Mil penes y siete vaginas”, me ha llevado a reflexionar una y otra vez sobre mis palabras y los comentarios en respuesta a estas, lo que a su vez me hace cuestionar sobre ciertos aspectos puntuales implícitos este suceso, los cuales son: lo que la comunidad en general entiende por critica, sobre su sentido, manera de efectuar y forma de apreciar. Me hace notar además, el valor de espacios abiertos de expresión de pensamientos y opiniones como este. Lo siguiente será un breve análisis sobre lo antes mencionado el cual abordare no sin antes dejar puntualizado dos cosas: 1) Esto no es una disculpa. No me retracto de mis palabras y las no palabras que compartí en mi critica previa (incluyo incluso aquellos errores de redacción), y 2) Doy gracias a todas las personas que leen mis palabras, eso para mí ya es muy importante.



¿Que entendemos por crítica de arte?... bien, para dar algunas nociones sobre este respecto, debo conceptuar un poco sobre lo que es el arte en si... en esencia, el arte es un lenguaje de expresión emocional, un aparato de emancipación ( liberación) de ideas, pensamientos, posturas, sensaciones y demás procesos mentales propio netamente de los humanos en su condición de seres conscientes y libres, ligado a su capacidad natural de abstracción de la realidad, de valoración y significación de elementos ajenos a sí mismo, y de su capacidad de apreciación simbólica y estética de la realidad. Podríamos mencionar además su “misión” de conmover los afectos y movilizar la conciencia de aquellos que lo aprecian. Bajo este pensamiento intuimos pues, que es un ente vivo que cambia y evoluciona en tanto lo hacen el pensamiento y las conciencias de sus “creadores” y “consumidores” en determinados contextos espaciales, temporales y culturales.

Entre líneas menciono en lo anterior el elemento subjetividad, tanto en la creación como en la apreciación de lo que llamamos y entendemos como arte. En consecuencia, debemos ver la crítica como un dispositivo que lejos de calificar de manera totalizante lo que consideramos arte (o sea, decir que esto es válido para todos o no), es una herramienta a través de la cual las personas, en su calidad de libres pensadores y de manera analítica, dan sus opiniones frente a la coherencia que se supone debe estar contenida en la obra, es decir, la correlación entre lo que se pretende mostrar y lo que realmente se provoca con lo mostrado, y yendo un poco más allá, la calidad de como dichos afectos son conmovidos en nuestro ser.




En consecuencia, la crítica no tiene el sentido que entre líneas se manifiestan en varios comentarios hechos, el de dar opiniones objetivas totalitarias y hegemónicas para todos (ley absoluta), sino, su fin es el de dar opiniones sobre lo expuesto, ajenas por supuesto a los vínculos afectivos con los creadores de las mismas. Porque entre otras cosas, las obras de arte deben hablar por sí mismas, no debemos depender de lo que diga el artista de su propia obra para así creer que la entendemos, (¡por favor!, el artista no es un explicador de su obra, la obra es como un libro, es de quien la lee y si se quiere decir, el merito esta en lo asertivo de la transición del mensaje).



Nuestro contexto cultural nos pre-programa para crear bandos, clasificar nociones, separar pensamientos, satanizar y tachar aquello que se aleja de lo que nosotros creemos verdadero, por que se nos educa a creer que lo que pensamos es totalmente universal y no valido solo en ciertos contextos. Yo por el contrario apelo a el dialogo entre opiniones, a quitar esos lentes que nos hacen ver las cosas solo en dos tonos, es por eso, y citando a alguna persona que comentó, mis “un sí, no si, no, si, no” que en efecto están en mi crítica, evidencia mi apenas lógica y explícitamente mencionada opinión bifurcada sobre la muestra.


Leer critica no solo implica leer las palabras que están, sino leer lo que no está, leer entre líneas, como bien otra persona comento, la ausencia de alguna exhaustiva descripción o narración detallada de las obras dice clara y silenciosamente, por un lado el vacío que me ha dejado la exposición y que expreso claramente al referirme de “Sustancialmente poco profundas”, y pues por el otro mi intención de no coaccionar o dirigir cual borregos los criterios u opiniones de las obras (lo cual no indica que no hubo una previa reflexión de las piezas). La labor crítica no debe tachar la experiencia individual de las personas, sino más bien desarrollo y progreso en el campo especifico.




Buena parte de la belleza de la crítica esta precisamente en dejar el marco abierto a la experiencia individual, sin dejar de evidenciar tanto los aciertos como desaciertos de lo criticado.



Matamos Abel, y en general cualquier espacio abierto de crítica y opiniones, es precisamente eso, un área en común en el que la idea es dar opiniones y generar reflexiones, y no tacharnos los unos a los otros. El debate, la sana confrontación, el libre intercambio de ideas, nociones y experiencias debe ser la actividad habitual de este espacio a mi parecer.


Finalizo marcando nuevamente el sentido de opinión que tiene la crítica, que si bien aspira a una objetividad imparcial, no deja de ser opinión y por ende, manifestación de la interioridad de un individuo. Recordemos además, no olvidar quitarnos los lentes de las bi-tonales, de los bandos, y apreciar la crítica de una forma más holística (varios puntos de vista), intuyendo que tanto las palabras como las ausencias de estas están allí por algo.



Gracias nuevamente por su atención y análisis.








Por: Javier Eduardo Martínez Correa
pacienteincognito@hotmail.com

viernes, 27 de agosto de 2010

CRÍTICA A LA CRÍTICA



¡Quien expone, se expone!




Hacer crítica en el contexto histórico en el que se desarrolla el arte contemporáneo es una tarea difícil teniendo en cuenta que el arte actual no reconoce límites entre lo que es y lo que no ha de ser, por lo tanto ¿cómo se puede hablar de una cosa sin definición clara si no es a través de la divagación y la subjetividad?
Claro, algunos encuentran una salida fácil; parafrasear cosas ya dichas por otros a los que llaman referentes como una forma de legitimar su discurso, tanto que al final no son ellos, si no, Walter Benjamín, Harold Rosenberg, Arthur C Danto, entre otros, los que plantean la crítica, y el supuesto critico una secretaria muy eficiente, bien organizada y de excelente redacción.

No es que no esté bien citar (yo mismo lo he hecho), lo malo es que eso sea lo único que se haga en la crítica, menos mal existe gente valiente que es capaz de lanzar criterios propios sin tener que resguardarse en las espaldas de terceros.

Si bien estamos medianamente de acuerdo en que esa “indocumentación” del arte, esa falta de identidad digna de sicoterapia, hace de la labor del crítico una tarea titánica y arriesgada, debemos sumarle en segunda instancia a tal asunto, el hecho de que en una ciudad como Barranquilla (Colombia) el estadio de las artes es tan reducido que todos en el circuito de la plástica se conoce entre sí, lo que nos plantea una situación donde el conflicto de intereses siempre está presente, un circuito donde todos necesitan de todos y entre todos se hacen favores, quizás es esta una de las causas por la cual existe poca critica en la ciudad, lo que se da más bien son textos curatoriales o inductivos a la obra de determinados artistas.

Podría existir un tercer factor que va vinculado al primero, es el complejo de los críticos contemporáneos que cargan a sus espalda el peso de la historia, que se ha empecinado en demostrar desde el tiempo de los Impresionistas, que “hasta el crítico más influyente puede equivocarse y pasar a la historia como un estúpido que no supo comprender el arte de vanguardia”, por eso muchos no se atreven a desmeritar las obras contemporáneas, por lo contrario se desploman en exaltaciones a todo lo que parezca nuevo y extraño.

Por último está el hecho que al no poder vivir de la crítica, los críticos dependen muchas veces de instituciones que cuartean su pluma a la hora de dar opiniones.

Lo importante es que un espacio como           Matamos Abel abre campo a la reflexión sobre el arte contemporáneo en nuestra ciudad, y que
Javier Martínez C con su crítica  “¿Y para que quieren tantos penes?” se exponga a ser criticado, como lo hacen las mismas integrantes del colectivo Femenino Sagrado. ¡Quien expone, se expone!, eso es algo a lo que aun no estamos acostumbrados en Barranquilla, porque en las últimas décadas el arte de la ciudad ha sido el espejo de miles de narcisos, que no soportan defectos y críticas a su imagen,
Añadir leyenda

Lo interesante es que la crítica, buena o mala, ha levantado muchas opiniones, tanto que vale la pena preguntarse: ¿la crítica no ha tenido el efecto de innovación y conmoción que pretende la exposición “Mil penes y siete vaginas” y en este punto la crítica no ha terminado jugando el papel de lo criticado?
La verdad no lo sé, pero lo que me atrevo a afirmar es que ha enriquecido la exposición y la ha vuelto atractiva para los que aun no la han visitado.

No comprendo cómo algunos ruegan que el crítico hable primero con el artista antes de emitir un juicio artístico, la obra debe ser autónoma, debe poder “hablar” por si misma, salvo que sus creadores sean inmortales, es un absurdo, y que me perdonen algunos, una estupidez, esperar a que el artista explique su obra para saber si es buena o mala, es como si yo necesitara para emitir mis conceptos sobre la Metamorfosis que Frankz Kafka se levantara de su tumba y se sentara a mi lado para explicarme y decirme – Carlos estas equivocado, Gregorio Sansa no es un escarabajo como tú piensas, es una cucaracha como piensa medio mundo-.


No tiene sentido un artista pretenda hacer en una imagen algo que solo pueda expresar con palabras, sería mejor entonces que lo escriba y cuelgue lo escrito en la galería.
( Imagenes del Kasposo)















Por: Carlos Gómez S.
Carlosjulio612@hotmail.com

INTERRUPCIÓN A LA SOCIOLOGÍA

 El Kasposo

viernes, 20 de agosto de 2010

¿Y para qué quieren tantos penes? ............... (“Mil penes y siete vaginas” )

El “conducto regular” que supongo es aconsejable usar para dar una crítica asertiva sobre una muestra de arte, es evaluar de la manera más objetiva posible todo los elementos que compone la muestra, es decir no sólo a las obras como tal, sino elementos técnicos como el montaje, espacio y presentación de las mismas, los cuales por supuesto hacen parte de la experiencia que estos eventos pretenden brindar al espectador. Pero más que hablar de lo bien montada y presentada que estuvieron las piezas fotográficas, de su buen tamaño o de lo impecable del recinto de muestras, me parece más jugoso y fructífero referirme a la base, o sea, los fundamentos y el arte de la exposición.

En ese sentido, una de las cosas que más me ha inquietado en lo que me pareció era el manifiesto de este grupo fue la forma tan letal y poco razonable de exclusión del género masculino, entendiendo que la feminidad no es necesariamente algo exclusivo de mujeres, y aun peor, manifestando claramente en dicho escrito su intención de no ser excluyentes, me parece una manera excesivamente dramática querer enfrentarse a costumbres machistas del lenguaje mediante la totalización de los artículos en femenino denotando una clara muestra de feminismo (en el mal sentido del concepto), al mejor estilo de x gobernantes de querer detener la violencia con más violencia.

martes, 17 de agosto de 2010

Revolución



Revolución

Algunos se creen revolucionarios, batallan contra historias del pasado, proclaman su independencia del yugo esclavizador de naciones muertas, se emancipan de la opresión de no ser libres, y cuando son libres, se entregan a las cadenas del vicio y se convierten en presas de una vida absurda, ellos no han comprendido que la más grande revolución es la del amor, y si no es el amor ¿entonces que nos mueve a entregar la vida por nobles ideales?
Pronto en caminos inundados por huesos, por el tinte rojo de la vida o la muerte, se escucha el grito de quienes aman y sacrifican, bullicios como jaurías de corazones latiendo, de fugaces y contundentes convicciones, de ideales inalienables, y al llegar a casa se tropiezan con un grito más fuerte, ensordecedor…el silencio de quien ama, de quien ama revolucionariamente, de quien proclamó su independencia del capital que todo pervierte, del feminismo que discrimina, del machismo y sus debilidades ocultas, de la geopolítica y su afán por pedirle visa y pasaporte al aire, del credo que condena a otro credo, del color que suprime a otro color.
Así, mi Che, es mi madre, socialista como ninguna, abre el mantel sobre la geografía del comedor, socializa el pan, divide el café y proclama como su dios el amor, creo haberla visto entregar su vida batallando en mis sueños de almohada, y dirigente como Bolívar en una campaña libertadora del olvido.
Ves amigo, toma tu bandera, vete a luchar a los campos y las calles, pero no seas tonto…eso que tú crees un acto de estricto orden ideológico e intelectual, no es más que un acto de amor.
La única revolución posible es el amor….


Por: Carlos Gómez Salas.

domingo, 8 de agosto de 2010

Artista sin arte


Artista sin arte


Algunos suelen llamarse artistas y viven encarnando un mito que no les perteneces, poseen trajes diseñados para artistas, palabras para el arte, complejos de incomprendidos e ínfulas de súper estrellas, se les ve por las calles vociferando su autenticidad, gallardeando sobre lo diferentes que son, tan diferentes como puede ser alguien que sigue un mito.

Su libertad es la libertad de los ignorantes, de los que se dejan engañar por la invertida imagen de un espejo, he escuchado sus voces corear su pensamiento independiente, un pensamiento creado por sus amos, que repiten como una catequizada oración.

En las oscuras noches se reúnen a mirar lo que no alcanzan a ver, a pensar que el mundo pasa por sus pies, luego, cuando el trago se ha terminado guardan sus trajes de artistas y se revuelcan con la gente.

Poseen más títulos que obras, si enmarcaran sus diplomas bien podrían exponerlos, su intelecto es la constante repetición de cifras y nombres anclados en la memoria, son azotados por la cobardía de los que nada proponen, porque para ellos ya todo está dicho, así que fácilmente podrían morirse o dedicarse a la farándula, si es que no es la misma cosa.

Al final no son capaces de afirmar " aunque así lo crean", que Warhol es una mierda (hoy) frente al Photosohp, Que él ha reencarnado Paris Hilton, y que la estupidez del sociedad estadounidense es el orgullo patrio de esos “Artistas” latinoamericanos.

Hablar de obras es vano en relación a estos “artistas”, porque su única obra es el simulacro, ellos esperan la redención del que está arriba, arriba en Europa o los Estados Unidos, ellos son artistas aunque no saben de historia del arte, son artistas aunque no saben de teoría del color, son artistas aunque no saben de composición, son artistas aunque no visitan museos,

son artistas por que usan los lentes de Andy Warhol.


(Carlos Gómez)

lunes, 2 de agosto de 2010


Es una manifestación cultural tanto una fuga Johan Sebastián Bach, como un son de Alejo Durán.
Hay que recordar que la cultura no es privilegio de pocos, en el sentido actual la cultura no es el privilegio de una elite, es por lo contrario las expresiones de tradición espiritual y adaptación a la realidad de los distintos grupos sociales, nada tiene que ver ser letrado con tener cultura, pensarlo de esa manera es caer en el concepto herrado de la ilustración y en el juego de los burgueses, la cultura es un medio de adaptación a las condiciones de la realidad, según el espacio que se habita se crean costumbre y modos de ver la existencia, así el arte
euro-céntrico representado en Pablo Picasso, encontró un fuerte atractivo en las mascaras africanas…