viernes, 20 de agosto de 2010

¿Y para qué quieren tantos penes? ............... (“Mil penes y siete vaginas” )

El “conducto regular” que supongo es aconsejable usar para dar una crítica asertiva sobre una muestra de arte, es evaluar de la manera más objetiva posible todo los elementos que compone la muestra, es decir no sólo a las obras como tal, sino elementos técnicos como el montaje, espacio y presentación de las mismas, los cuales por supuesto hacen parte de la experiencia que estos eventos pretenden brindar al espectador. Pero más que hablar de lo bien montada y presentada que estuvieron las piezas fotográficas, de su buen tamaño o de lo impecable del recinto de muestras, me parece más jugoso y fructífero referirme a la base, o sea, los fundamentos y el arte de la exposición.

En ese sentido, una de las cosas que más me ha inquietado en lo que me pareció era el manifiesto de este grupo fue la forma tan letal y poco razonable de exclusión del género masculino, entendiendo que la feminidad no es necesariamente algo exclusivo de mujeres, y aun peor, manifestando claramente en dicho escrito su intención de no ser excluyentes, me parece una manera excesivamente dramática querer enfrentarse a costumbres machistas del lenguaje mediante la totalización de los artículos en femenino denotando una clara muestra de feminismo (en el mal sentido del concepto), al mejor estilo de x gobernantes de querer detener la violencia con más violencia.

martes, 17 de agosto de 2010

Revolución



Revolución

Algunos se creen revolucionarios, batallan contra historias del pasado, proclaman su independencia del yugo esclavizador de naciones muertas, se emancipan de la opresión de no ser libres, y cuando son libres, se entregan a las cadenas del vicio y se convierten en presas de una vida absurda, ellos no han comprendido que la más grande revolución es la del amor, y si no es el amor ¿entonces que nos mueve a entregar la vida por nobles ideales?
Pronto en caminos inundados por huesos, por el tinte rojo de la vida o la muerte, se escucha el grito de quienes aman y sacrifican, bullicios como jaurías de corazones latiendo, de fugaces y contundentes convicciones, de ideales inalienables, y al llegar a casa se tropiezan con un grito más fuerte, ensordecedor…el silencio de quien ama, de quien ama revolucionariamente, de quien proclamó su independencia del capital que todo pervierte, del feminismo que discrimina, del machismo y sus debilidades ocultas, de la geopolítica y su afán por pedirle visa y pasaporte al aire, del credo que condena a otro credo, del color que suprime a otro color.
Así, mi Che, es mi madre, socialista como ninguna, abre el mantel sobre la geografía del comedor, socializa el pan, divide el café y proclama como su dios el amor, creo haberla visto entregar su vida batallando en mis sueños de almohada, y dirigente como Bolívar en una campaña libertadora del olvido.
Ves amigo, toma tu bandera, vete a luchar a los campos y las calles, pero no seas tonto…eso que tú crees un acto de estricto orden ideológico e intelectual, no es más que un acto de amor.
La única revolución posible es el amor….


Por: Carlos Gómez Salas.